¿No puedes tener hijos?, habla con la Emperatriz
Julia vino a consultar al Tarot porque no consigue tener hijos. Ella es una joven de 24 años, está casada con un chico de 27, se hizo todas las pruebas que su ginecólogo le pidió y el resultado indica que no hay nada físico que le impida quedar embarazada.
Es decir que cumple con todos los factores y realmente quiere ser madre: está en edad fértil, cuenta con la “aceptación social requerida”, su esposo está en la edad perfecta del macho reproductor con el lívido que se necesita, visita a un especialista calificado y ha dejado su caso en manos de la ciencia. Además, tiene sexo con su marido constantemente (lo del espíritu santo funcionó una sola vez en la historia de la humanidad) y llegó a consulta con el certificado de ocho sesiones carísimas de terapia psicológica que avalan su sincero, equilibrado y nada egoísta deseo se ser madre.
Entonces, ¿qué carajo pasa?
INCISO IMPORTANTE ANTES DE SEGUIR CON LA HISTORIA
Un minuto de suspenso para decir que la mayoría de las personas recurren al Tarot cuando tooooodo y digo tooodo ha fallado, incluyendo a Dios. En este caso, la joven en cuestión había pagado ya la respectiva misita al Arcángel Gabriel, la novena a la Virgencita de la Dulce Espera e incluso se sentó en la silla de Santa Catalina que se supone que hace el milagro. Además, vio todos los capítulos de la Rosa de Guadalupe.
AHORA SI, CONTINUEMOS CON LA HISTORIA
Lanzamos las cartas y le preguntamos al Tarot.
La carta central de esta lectura es La Emperatriz, el Arcano Mayor número tres del Tarot, su construcción arquetípica hace referencia a la Madre, pero no habla de tu madre física, sino todo lo que implica ser madre. Es decir: concebir, crear, criar, alimentar, cuidar, proteger y permitir la expansión de tu creación.
Cuando hablamos de La Emperatriz no hablamos de la madre, en sentido estricto de la palabra, sino tu capacidad de sustentar una creación a largo plazo.
La pobre Julia quería ser madre, pero un miedo profundo a ser como la suya limitaba su capacidad de concebir. Su progenitora es amorosa, pero terriblemente tirana y controladora. El día de la lectura estaba acompañando a su hija. Su control sobre ella era tan fuerte, que tuve que pedirle que salga de la consulta para poder hablar tranquila con Julia. El simple acto de hacer que su madre se quede fuera de algo que era privado, le dio a Julia las pautas de dónde estaban sus miedos y sus limitaciones. Fue un proceso largo, pero revelador. Ahora ella tiene dos hijos hermosos, aunque a veces se arrepiente (jajajaja), pero esa es otra historia.
Con ella tuvimos que trabajar otros matices de La Emperatriz para llevar una maternidad feliz….
Si eres hombre y estás leyendo esto, no mires a la Emperatriz como cosas de mujeres.
Esta carta representa la capacidad de cualquier ser humano de crear y si lo último que creaste fue tu playlist del Spotify, este arquetipo está lejos de ser estable en tu vida.
Somos seres creadores y es momento de hacerlo
¡Ven a crear con nosotros!